Legendary Soldiers Yaoi

Posts written by Aquarius No Kari

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    Waiting for you...

    1.- De París a Rusia


    (Your gentle voice I hear,
    Your words echo inside me,
    You said you long for me,
    That you love me,
    And I want to see it too
    Feels just like I'm falling,
    Is there nothing I can do?
    Wonder if you hear my calling?)
    .
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    — Te amo…

    —Si me amas por qué…

    —No me hagas esto más difícil…

    —¿Difícil? ¿Para ti?

    —Lo es, aunque tú no quieras aceptarlo.

    —No es que no desee hacerlo, es que tú no entiendes que…

    —Camus, tengo que matar a ese vampiro. Por ti, por mi familia… ¡por nuestros planes! Si queremos tener una vida plena ¡él debe morir!

    —¿Por qué?

    —Porque nunca podré olvidar lo que hizo, y aunque me quede contigo, él aparecerá cada noche dentro de mis sueños para recordarme que gracias a él, perdí lo que más amaba en el mundo…
    .

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    Aunque el peso sobre mis párpados aumenta los esfuerzos por mantenerlos abiertos, el sonido de la locomotora y el dibujo oscuramente silencioso de la ventana me ayudan a mantenerme despierto conforme avanza.

    No sé en qué momento de la noche el cansancio finalmente me venció.

    Es de madrugada. Los pigmentos rosados del cielo declaran que aunque Artemisa es la ganadora, Apolo no demorara en quitarle la victoria.

    El clima es frío, pero a mí no me afecta tanto como al resto. Siempre he tenido una extraña inmunidad ante sus inclemencias... El invierno y yo parecemos más amigos de lo que nunca estaré lo suficientemente cerca de serlo, de mi nueva pareja…

    Apenas parece que le he invocado con el pensamiento cuando abre la puerta de nuestro compartimiento. Yo aún parezco somnoliento, y tampoco me interesa que él no crea lo contrario. Entre más dormido le parezca, menos conversación intentará entablar conmigo.

    Mis ojos se mantienen fijos sobre el cristal que como espejo, me muestra claramente como él toma un lugar no muy lejano al mío.

    —¿Cómo te sientes?— Me pregunta, cubriéndome con una manta como si los grados invernales pudieran atravesarme la piel como seguramente lo hacen con la suya. No importa que tan fuerte se crea, al final el abrigo, la bufanda y el sombrero no le brindaran el mismo calor que un vaso de coñac.

    A veces él piensa que me engaña. Sé que le gusta beber demasiado para darse más valor del que siente.

    Death Mask (como él mismo se llama) no es un tipo malo. No es un alma bendita, pero tampoco puedo comprarlo con un demonio. Le preocupo. Es aguerrido, y sé que más de un vampiro ha caído bajo el peso de su astucia, pero… no estoy seguro si realmente pueda ayudarme a encontrarte.

    Tal vez no lo creas, pero la única razón por la que elegí salir con este tipo hace más de dos años, fue porque leí que era el mejor en su rango. Él limpió una casa completa atestada de chupadores de sangre. Al mirarlo a la cara supe que algo en mí le había gustado cuando nos conocimos en la estación de tren… Y fue tan fácil conquistarlo que ahora me pesa haberlo hecho mi presa.

    —¿Camus?— Es la misma mirada preocupada del invierno pasado cuando enfermé gravemente en la casa que comenzamos a compartir. Muevo los labios para asegurarle que el cansancio no me ha quitado el sentido del habla.

    —Cansado… creo…— Últimamente ya no estoy seguro de nada, ni siquiera de mi propio cuerpo. A pesar de afirmar que soy inmune al tiempo, el año pasado estuve demasiadas semanas en cama como para no declararme vencido por el invierno. Ha sido tu recuerdo lo único que me ha mantenido con vida; ha sido tu voz a través de mis sueños lo que me ha impedido morir después de tantos años.

    ¿Y tú…? ¿Qué has hecho? ¿Qué ha sido de ti, de tus planes, de nuestros sueños, de tu venganza y de aquél vampiro?

    —Deberías volver a dormir—. Sugiere, interrumpido por un momento mis pensamientos—. Llegaremos en unas horas a la estación para tomar el siguiente tren—. Mi cabeza se inclina hacia delante mientras brota un suspiro de mis labios.

    Death Mask conoce tu existencia porque tuve que hablarle de ti., aunque no sabe lo peligroso que puedes ser una vez que estemos frente a frente.

    Recuerdo que una noche le conté de aquel mejor amigo que un día se convirtió en más que eso. Le hablé de nuestras aventuras juntos y de los planes que habíamos hecho para pasar el resto de nuestra vida uno al lado del otro.

    A él le gustaban los hombres, y oírme hablar de ti fue el modo perfecto para envolverle y hacer que no tardara mucho en buscar al vampiro que asesinó a tus padres. Con sus contactos y experiencia creí que no transcurría mucho tiempo antes de que él me diera noticias, pero pasaron los meses y mi paciencia se agotó.

    Ya han pasado diez años desde la última vez que te vi abordo de aquel tren. Tus rubios cabellos se teñían de un nevado color, tus ojos seguros y tan llenos de odio se desbordaban en lágrimas de dolor cuando la locomotora arrancó; la mano que besé esa noche entre las caricias del adiós, me dijo “hasta otra vez”.

    Y siempre creí que volverías. Acudí muchas veces a la estación en busca de ti. Nunca me cambié de lugar, incluso llegué a pensar que si te buscaba lejos de París nos perderíamos aún más… y al cabo de un tiempo finalmente lo comprendí: Tú nunca vendrías a mí.

    Algo te detiene… Lo sé, muy a mi pesar lo sé.

    Sé que estás vivo… sé que aún estás ahí. Tal vez continúas tu incansable búsqueda, tu insaciable sed de venganza… Sé que algo mucho más fuerte te impide volver a mí.

    No importa con quien esté, yo nunca he renunciado a ti.

    ¿Me oyes? La voz ardientemente silenciosa de mis sueños te proclama; y puedo verte, puedo sentirte… Yo sé que estás ahí tan desesperado por encontrarte conmigo como lo estoy yo bajo esta apariencia serena, somnolienta y distante, que no hace más que disfrazar el más profundo de mis anhelos.

    Mi amor es más fuerte, más intenso y más largo que mi propia vida… Yo nunca desistiré.

    El tren continúa su marcha entre las altas y nevadas montañas del norte. Los árboles nos despiden con las manos llenas de invierno, y el sol se levanta y se asoma entre las nubes grisáceas del cielo.

    Death Mask toma su mapa, acostándole sobre el asiento y marcándolo con una cruz roja. Saca su navaja plateada, un Cristo y la botella de agua bendita, a la que acompaña por otra más pequeña y color marrón de coñac, whisky o agua miel. Murmura una serie de frases y aunque piensa que yo lo ignoro, bebe un trago de alcohol con el que pretende dormir todas sus dudas y sus temores, mientras yo cierro los ojos y me sumerjo en el calor de la manta…

    Mi mano se aferra al camafeo y el cansancio finalmente me convierte en su presa.

    — Milo…— Susurro, con la esperanza de encontrarte al menos en mis sueños.
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    Continuará….



    Gracias por su lectura!
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    Título: Waiting for you
    Autor: Aquarius No Kari
    Resumen: Milo se ha perdido once años en busca de venganza, y para encontrarlo, Camus se aliará con Death Mask y un grupo de cazavampiros para encontrarlo. El destino podría tener una sorpresa para ambos.
    Rating: R
    Género: Romántico, angst, songfic,
    Advertencias: Este fic fue en el 2014 sobre una canción llamada Waiting for you de silent Hill.
    El fic aunque es de vampiros no escencialmente trata sobre ellos si no de la búsqueda de Camus.
    Personaje/pareja Principal: Camus y Milo
    Personajes/parejas secundarias: Death Mask, Camus

    Comentarios adicionales: Lo escribí para un evento de songfics
    Dedicatoria:
    Motivo:
    Estado: en proceso
    Última actualización: 1 de mayo del 2021
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    Las invitaría a mi fiesta de cumpleaños :pacman:

    Tomaste algún medicamento estos días?
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    :carcajada: el de Camus jajaja el día que me lo enseñaste casi me ahogo de risa :carcajada:

    El de James Janes me gustó también! Muchas gracias :heartt:
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    Jajajajaja se pasan XD
    Lo peor es que va con sus personajes :carcajada:
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    Divino y prohibido



    Aquél muchacho conocía las características físicas que comprendían a su muy querida amiga, sabía que ella tenía el cabello lila y los ojos verdes, pero nunca se había percatado que esa pequeña cabellera que le colgaba sobre los hombros, había crecido hasta bañarle la espalda muy por debajo de las posaderas, y que además de despedir un aroma similar a las rosas, también parecía hecha de seda; tampoco, Tenma había notado que sus ojos ya no eran tan redondos como antes, ni que las pestañas las tenía tupidas y sutilmente enchinadas, o que las pupilas mostraban toda la pureza de su alma cándida e inocente.

    Ahora que por primera vez en su vida notaba esas cualidades, no había podido quitarle la vista de encima; parecía sumido en un extraño y distante mundo que se formaba en el rostro de Sasha.

    Sus labios eran pequeños y estaban, con antojo, matizados de un tono rosa palo. No sabía si al moverlos, ella les daba ese efecto, pero contenían una esencia visible a la que él no podía resistirse.

    Algo en aquel gesto había cambiado. Tenma ya no podía descubrir a la pequeña niña sonriente de años atrás, su inocencia se veía cubierta por el manto de una mujer dispuesta a asumir todo tipo de responsabilidades, tan valiente como siempre, pero muchas más elegante y dispuesta que nunca.

    De la nada las facciones de Sasha dejaron de mostrar alegría. Frunció el ceño y movió los labios más rápido, incluso se atrevió a mostrar los dientes. A él le recordaron aquellas veces en las que defendía a Alone de todos los peligros, pero, en aquel momento, él no se encontraba cerca y estaban muy lejos de encontrarse en una situación como antaño.

    —¡Tenma!— La voz le llegó tan clara a los oídos que tuvo que parpadear para abandonar el mundo de ensueños donde se había permitido abrazarla de una forma en que todavía no lo había hecho (ni estaría cerca de hacerlo) jamás. Su voz incluso había dejado de sonar pueril para ser la que ahora regía sobre sus ochenta y ocho caballeros, sin dejar de sonar amable; podía notar que parecía molesta en ese preciso momento, aunque él no lograba entender la razón.

    Y suspiró. El modo en que ella exhalaba por la boca lo contagió.

    Le pareció encantadora la forma en que bajó la cabeza, se llevó los dedos a la frente y se peinó el flequillo mientras se hacía algunas cuantas ideas acerca del comportamiento de aquel amigo de la infancia. Ninguna de ellas le parecieron lógicas, y con ninguna atinó a comprender su ensimismamiento.

    A Tenma ni siquiera le importó. Aquél espectáculo valía millones de veces más la pena, que comer dulces en el comedor del orfanato, o saber que podía romperle la nariz a cualquiera que se atribuyera de bribón

    —Creo que no has oído nada de lo que te he dicho—. Murmuró Sasha, pero aunque el sonido era tan bajo como para que algún humano pudiese escucharlo, ahora los oídos de Tenma eran los más ansiosos por saber cualquiera de los secretos que pudiese desprender esa maravillosa boca.

    —Claro que sí—. Habló por fin, aunque no podía negar que acababa de mentir, sí con ello lograba atraer de nuevo brillantes esmeraldas. Su cometido dio frutos cuando ella regresó la vista hacia la suya.

    —¿Y qué opinas?— Indagó. Tal vez era una prueba, porque él estaba seguro que ella lo sabía, sabía que él no la escuchó...

    O tal vez no… tal vez podría engañarla.

    Esta vez Sasha dejó la postura elegante para cruzar los brazos sobre el pecho y mirarle como si Tenma hubiese hecho el descubrimiento más grande de la tierra.

    El castaño no tenía ni pizca de idea, pero se creía tan inteligente como para engañar unos segundos a la propia Athena.

    —Pues…— Los vocablos se apretaban unos contra otros para lograr salir y formar una frase que no lo dejara ni en ridículo, o en un grave aprieto con ella.

    —¿Qué?— Sasha no solía ser tan ansiosa, así que eso lo incomodó un poco.

    —Es que no sé… Me parece algo lógico, pero…— Se rascó la cabeza para obligar a las palabras a salir de una buena vez. Ni siquiera sabía de qué estaba opinando. A lo mejor estaba firmando su sentencia de muerte, y él ni enterado—. ¿Qué piensas tú?— Extrañamente ella bajó la vista otra vez, al tanto que sus manos se entrelazaron a la altura del vientre y un extraño, pero hermoso tono rojizo se apoderaba de sus mejillas y la vestía aún más hermosa ante los ojos de Tenma.

    Ella calló y a él pareció que el mundo se le venía encima, y que el asunto habría merecido cuidado si reaccionaba de ese modo. Lamentó haberse perdido todo el dialogo de ella solamente por descubrirse enamorado (aunque él no lo supiera ni lo imaginara todavía). Se desesperó y mientras miraba hacia todos lados con la esperanza de encontrar a cualquier ente que le contara todos sus secretos, pensaba en algo más que decir: al pobre nada se le ocurrió, y cuando ella levantó la mano para tomar la suya, una descarga eléctrica lo azotó desde el vientre hasta desplazarse por todos los rincones del cuerpo. Sudó frío y sintió que algo revoloteaba en su estómago. Comparó el malestar con lo que sentía cada vez que se tomaban Alone, y ellos dos de la mano y daban vueltas como desquiciados hasta caer finalmente sobre la hierba fresca mientras el mundo entero giraba alrededor.

    ¿Por qué sentía aquello? No era la primera vez que Sasha tomaba su mano, y aún así… algo ahora era distinto. Él no podía siquiera imaginarlo. Tal vez el respeto al saber su identidad como deidad era lo que lo impulsaba, o tal vez el hecho de saber que Sasha era ahora una persona diferente, una persona inalcanzable.

    Se soltó de golpe, quemado por un amor al que aún no le prestaba la atención adecuada. Podría haber vivido o incluso haber matado por tener de nuevo el placer de aquella sensación, pero sabía que dolía y no quería saber al respecto de ella, de momento. Se sentía loco, confundido, y al mismo tiempo, ansioso.

    Sasha lo observó sorprendida, callada. Retrajo de nuevo la mano y el sonrojo en su cara fue cambiado por una mueca de dolor que Tenma odió.

    —Lo que pasa es que…— Intentó justificarse con cualquier pretexto. Estar herido en el santuario era normal, y aún más para los postulantes como él que estaban en la recta final de su entrenamiento, y sin embargo, el cerebro se le congeló, a él, al chico al que las excusas y palabras eran tan interminables como las estrellas del cielo.

    Y aunque para él fuese cosa de locos y de misterios en un laberinto tras otro, para ella la respuesta estaba más que clara: su mirada, sus acciones, su repentino silencio… Todo.

    Tragó saliva, y aunque sentía que el corazón se le saldría del pecho y que la respiración se le entrecortaba, encontró la fuerza en su papel de deidad para hablar.

    —Puedo entenderlo…— Susurró. Tenma sonrió de un modo que hizo aún más evidente su amor, y eso, lejos de hacerla feliz, produjo en su pecho un dolor mortal al que ella entendió entonces, era el único al que no podría darle una cura.

    Los malestares de Kardia eran producto de su misma enfermedad, pero los de ella estaban destinados a serlo debido al amor. Un amor para el que no tenía tiempo, un amor al que no podía dedicarle un solo pensamiento...

    Un pequeño bosque había servido para tener un encuentro furtivo para comentar un gran dilema, pero también, para descubrir los secretos del ser humano, y de saltar de la niñez a la edad adulta.

    Tenma no dijo nada, pero era evidente que quería probar otra vez la descarga eléctrica de una forma que hasta entonces no había concebido con ella. Sus ojos se mantuvieron fijos en los de Sasha, y las pupilas esmeraldas bajaron una y otra vez hasta los labios sonrosados, regresando devotamente al principio del encanto.

    Sasha sonrió, aunque le embriagaba una pena que él aún no conocía.

    —No puedo, Tenma—. Respondió—. Perdón… —Su divinidad, su promesa, su valor, la sangre de Aspros y el sufrimiento de Defteros se le imploraban. No podía flaquear, no podía ser aún más humana.

    Y fue un alivio que él no entendiera esas palabras o habría sufrido una herida mortal.

    Se rió, no supo por qué. Ella copió el sonido de una forma más sutil.

    —Debo volver a mi templo— Anunció, aunque hubiera deseado no tener que huir, sabía que de no hacerlo, caería funestamente en las garras del amor.

    Tenma asintió.

    —Te acompañaré hasta donde pueda—. Ella no respondió. Su corazón la traicionó. Se aferró por un instante a la idea de ser Sasha, no Athena. Colocó la mano sobre las vendas del brazo de su amigo, y devolvió la mirada de una forma apenada, mientras pensaba que podría pedirle a la tierra que se abriera o que a ella se le concediera la habilidad de avestruz.

    —Tenma… ¿Puedes…?— Y las cuerdas vocales no dieron para más. Se quedó callada, pero sus brazos se levantaron en una delicada invitación. Para su suerte él no necesitaba ser un sabio para enterarse. Se acercó despacio y colocó el pecho sobre la mejilla de la muchacha, y rodeándola con sus propias manos le regaló un cálido abrazo, uno muy diferente a los de la niñez, uno muy lejano a ser fraterno, y demasiado cercano a ser apasionado.
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    Título: Divino y prohibido
    Autor: Aquarius No Kari
    Resumen: "Cuando ella tomó su mano una descarga eléctrica lo azotó desde el vientre hasta desplazarse por todos los rincones del cuerpo. Sudó frío y sintió que algo revoloteaba en su estómago... ¿Por qué sentía aquello?... No era la primera vez que ella tomaba su mano, y aún así está vez era diferente... Ella era inalcanzable..."
    Rating: G
    Género: Romance, Amistad
    Advertencias: Ninguna
    Personaje/pareja Principal: Tenma, Sasha
    Personajes/parejas secundarias: ninguna

    Comentarios adicionales: Este fic lo escribí en el 2014.
    Dedicatoria: no
    Motivo: un evento que no recuerdo de que iba
    Estado: completo.
    Última actualización: 27 de Abril 2021
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    Yo tampoco

    Yo nunca nunca soporté ver el foro tan vacío
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    :sleeping:
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    Ese momento en que te das cuenta que casi pierdes tu cuenta por no recordar la contraseña :shoralui:

    Menos mal la vinculé con mi Facebook :killngme:
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    21:08 :blahhc:
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    :shitposting:
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    QUOTE (CatSnake @ 24/9/2020, 00:16) 
    :sadcat:

    :hugss: :heartt: :amors:
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    :ohseh:
541 replies since 20/12/2014
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