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El santuario de Athena era enorme. Algol recordaba cuando llegó por primera vez y se asombró de la inmensidad del lugar. Era tan fácil perderse en el, sentirse diminuto..y en comunidad.
En sus tiempos de esplendor, el lugar estaba lleno de vida, de aprendices y soldados corriendo de un lado a otro, saliendo y llegando de misiones. No era extraño que terminaras chocando contra alguien y si tenías la mala suerte de que notaran que estabas holgazaneando, de inmediato llegaban las tareas a realizar o algún desagradable castigo.
Algol extrañaba esos buenos tiempos.
Ahora caminando por entre las construcciones estilo clasico, que antes resguardaban los uniformes para estudiantes, o sus armas, o lo que los maestros necesitaban para el entrenamiento.
Suspirando, Perseo se sentó en uno de las columnas caídas, sacó una gran pipa y tras preparar su tabaco, empezó a fumar mientras se perdía en sus recuerdos, en sus pensamientos y demas cosas.. -
silvermyth .
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¿Hace cuando que no iba a ese lugar? había pasado ya mucho tiempo y desde que lo revivieron se lo había pasado más tiempo fuera. Entonces ¿Qué hacía en Grecia nuevamente?; después de una llamada en las "vacaciones" había vuelto a ver algunos de sus compañeros de combate, en especialmente a él... a Perseo. Rodó los ojos caminando entre ruinas pateando piedras pequeñas con la punta de sus botas (algo caras por cierto) que bien se dejo escuchar en cada esquina de las caídas de unos que otros pilares.
Misty acomoda el cabello en una coleta alta, el calor es un poco fuerte aunque debería estar acostumbrado. Encoge de hombros y a lo lejos puede visualizar a ese hombre de cabello claro sentado fumando una pipa. Tenía que ser Perseo definitivamente, lagarto sonríe a medias y camina a paso lento hasta que llega a unos pasos de distancia del otro hombre.
- Vaya, no me sorprende pero tampoco es que niegue un poco, Perseo, un placer nuevamente. ¿Recordando buenos tiempos?- cruza de brazos reposando la espalda uno de los pilares cerca que aun se mantienen de pie.
La elegancia completa, Misty jamás dejo de tener ese "glamour" que tanto lo caracterizaba. Cabellos largos rubios ondulados, bien peinado; ojos saltones de pestañas alargadas y curveadas, unos labios carnosos rosas que bien podía llamar la atención de hombre y mujeres. Y ese cuerpo esculpido, un francés detallista, ahora fijando esas orbes azules en el perfil del árabe.. -
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Algol se ahogó con el humo de su pipa.
Pocos sabían de este pequeño vicio que había adquirido desde adolescente y que, era muy mal visto ante la moral del santuario. Al final de cuenta era un ejercito con normativa muy estricta.
Tampoco es que era el único.
Trató de guardar un poco la compostura para verse lo más digno posible, mirando de reojo a Lizard. El lagarto Misty que sonreía tan encantador, hermoso y reluciente como siempre. Algol siempre se preguntaba como es que podía verse tan glamuroso siempre , en el santuario siempre hay vientos traicioneros que el cabello luzca peinado .
- Dichosos los ojos, Misty. - sonrió Algol, levantandose , sacudiendo el polvo de sus posaderas sin nada de sutilezas - Recuerdo los buenos tiempos en donde no me aburria como ostra en este sitio. ya sabes, petrificando gente o asustando a los aprendices, como los superiores lo hicieron con nosotros al llegar....una tradición ¿lo recuerdas?
Hizo aun lado su pisa dorada y de manufactura elegante y rica, para acercarse al frances con una sonrisa. De cerca era más bello aún!, Un verdadero deleite visual.
- ¿Que te trae al santuario, lizard? La vida normal te aburre también
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Caminando por el santuario ~~ |
