-
+1
.Ahí estaba de nuevo con un pie en el reino del Dios Hades por un encargo de su diosa en esta ocasión acostumbrado a las varias misiones menores que solían surgir últimamente, y la única que podía sonar medianamente interesante lo llevaba justamente a ese lugar.
Quizá la peor parte de la visita era a la persona que debía buscar, o la mejor, dependiendo contra qué lo compara. Intentó realmente buscar un opción alternativa, un intentó que le tomó solo un minuto pues ciertamente no había de otra. Hasta él sabía que no había nadie mejor en el Inframundo que uno de los tres jueces para aquella encomienda y luego de que su querida diosa pidiera su opinión y él, inocentemente, respondiera sin saber en que eso iba a derivar en buscar a la única persona que poseía en sus manos el mayor registro de ingreso de almas al mundo de los muertos.
Todo había empezado hace ya varias semanas si lo ponía en retrospectiva, cuando en una misión al norte de Grecia pasó por un suceso curioso más no especialmente relevante, lo mismo pasó después en otras dos misiones en dos sitios completamente diferentes. Pero dadas las constantes modas de esa época siempre cambiantes y en tendencia no se puso a pensar mucho el por qué de pronto había gente vistiendo atuendos de siglos pasados y marcando su acento. Incluso alegando que en un momento estaban en un lugar y al siguiente en ese sitio desconocido.
Hasta que Athena lo convocó a solicitarle bajar al Inframundo para pedir el favor del juez de Ptolomea y averiguar si todo realmente estaba en orden. Y no muy seguro de que lo tomara como un favor. Una última y profunda respiración previo a dar sus primeros pasos a puertas de aquel recinto cuando hubo terminado de recorrer aquel largo camino
-¿Donde está Minos?- fue la pregunta directa y sin rodeos que le planteó al espectro de turno en guardia.
-¡Tu no deberías estar aquí, ateniense irrespetuoso! ¡¿No tuviste suficiente ya?!- fue lo único que obtuvo en respuesta, entre otros reclamos a gritos desaforados sobre que no debería referirse de esa manera tan corriente a su señor que le arrancaron un suspiro de resignación. Por supuesto que eso iba a pasar y por supuesto que no se iba a quedar de pie solo escuchando a aquel espectro esperando por una respuesta que no iba a llegar. Sus ojos vacilaron a ver de un lado a otro y en el momento en que aquel gritón se distrajo unos segundos haciendo mímicas de cómo le iba a dar una paliza si no se iba de ahí disimuladamente se fue alejando hasta cruzar las puertas del recinto del juez Minos y buscando por sí mismo en los alrededores de la antesala , anunciando su presencia al elevar un poco sus cosmos, tarde o temprano el dueño del lugar debía darse cuenta, así fuera escuchándolo cuando alzara la voz al momento de encontrar la puerta que daba con la sala principal y entrar por ella esperando encontrar ahí al juez.
-Minos de Griffon, tenemos que hablar-SPOILER (click to view)Zenya si quisieras que cambie algo dime :3 Nombre incluido, no supe como llamar al tema
. -
+1 .
Con algo de malestar, el juez terminó abriendo los ojos en la oscuridad de sus aposentos, el griterío del guardia en turno había llegado a perforarle los oídos aun cuando se había ido a dormir con varios tragos encima hacía apenas unas cuantas horas. Realmente no estaba de muy buen humor, recientemente había tenido un conflicto con cierto subordinado y el egocéntrico Griffon se había recluido un par de días en su recinto sin importarle nada en absoluto; por un momento, pensó que quien invadía la privacidad de su descanso sería Lune, no era una sorpresa que le viniera a recriminar su vagancia o algo por el estilo, pero de ser así el guardia no estaría haciendo tanto griterío, ¿quién más iría a reclamarle entonces?
Pasó sus manos por su rostro, tallándose los ojos con vigor y echándose a un lado el flequillo por unos momentos, buscando desperezarse un poco. Cuando finalmente se encontró más despierto, se levantó de mala gana, saliendo de la privacidad de la zona más personal de su esfera hacia la parte central en la sala. Tampoco le importó mucho en ese momento el no presentarse con un porte formal o con su sapuri, después de todo estaban invadiendo sin permiso su maldito templo y ni que fuera el señor Hades; se encontraba solo vestido con un pantalón negro, zapatos y una camisa suelta de tirantes, avanzó hasta que finalmente escuchó la voz del invasor, sonándole familiar, pero quizá debido al efecto adormecedor todavía o del alcohol le costó un poco reconocer, hasta que tras unos pasos más, visualizó aquella melena azulada característica del único caballero que conocía el Inframundo mejor que cualquiera de los otros atenienses.
—Oh, pero mira quién ha venido a visitar, el traidor por excelencia, Orfeo de Lira. — Sonrió ladino y con su habitual saña. —Quién diría que…— No pudo terminar la frase porque fue interrumpido con el guardia vasallo que al fin se había dado cuenta de que el ateniense lo había burlado, y ahora había entrado corriendo con más chillidos a recriminarle a Orfeo y a disculparse con el juez por permitir que un caballero hubiera entrado así sin más a su "sagrado lugar". Minos con un gesto de irritación visible, alzó una de sus manos, enviando una onda de cosmos potente con la cual sacó volando al espectro menor y estrellándolo de forma violenta contra una pared, no le había matado por razones obvias, pero al menos si le había desmayado y roto los huesos necesarios para mantenerlo callado varias horas. —Como te decía… No esperaba tu visita, caballero, pero no tengo nada que hablar contigo. Y si vienes a visitar a tu novia muerta, malas noticias, ya no es posible; tampoco puedo hacer el favor de matarte personalmente para ello, gracias a la era de paz, así que, si tienes reclamo alguno, ve directamente con tu Diosa. — Suspiró negando con la cabeza y dándole la espalda al otro para ir a buscar un vaso de agua, ya había tenido bastante de vodka y vino por la noche. — Joder, lo último que me faltaba, que los jodidos perros de Athena vengan directamente a pasearse por aquí como si fuera un maldito parque de atracciones. —Murmuró para sí mismo como un viejo haciendo berrinche mientras se servía el vaso con algo de hielo.
—¿Sigues aquí? Debo recordarte que aunque estuviste al servicio de mi señor, no tienes permitido venir aquí cuando te venga en gana, así que a menos que me vayas a dar un concierto, tengo cosas que hacer. — Y ciertamente que tenía cosas pendientes en su trabajo como juez, pero realmente tampoco era que le apresurase del todo, simplemente no se encontraba de buen humor, en otra situación seguramente se hubiera divertido más molestando o incomodando al santo de plata, incluso si aquel hombre era un traidor, debía admitir que le despertaba al Griffon cierta curiosidad y una silenciosa y mínima admiración, después de todo no iba a negar para sus adentros que los dotes musicales de aquel mortal eran excepcionales, por mucho que le disgustara el hecho de que se tratara de un guerrero de Athena, incluso había disfrutado de forma sincera los conciertos que daba en el pasado cuando había servido a Hades a cambio de la posibilidad de estar con su mujer.SPOILER (click to view)Está todo en orden Howl jajaja! Ntp, también soy un asco eligiendo los títulos Espero que te guste :3. -
.
A primera impresión no encontró nada más que un enorme espacio vacío en la sala principal de aquella esfera. Suspiró, justamente por eso esperaba saber el paradero del espectro antes de adentrarse en ese templo, para no tener que buscarlo. Sin embargo más temprano que tarde pronto se daría cuenta que buscarlo no sería necesario. La voz del juez de Ptolomea se hizo presente para después aparecerse dentro de la sala. Tuvo que dar un par de parpadeos cuando lo ubicó con la mirada por el porte tan poco propio de una persona tan arrogante.
Había varias razones para creer que no había llegado en buen momento, comenzando por la grieta en la pared y el guardia espectro que se encontraba inconsciente en el suelo por tener el valor de interrumpir dentro de la esfera dando gritos, el plata había retrocedido dos pasos cuando fue lanzado por los aires por el implacable mal humor de Minos.
La mirada azul pasaría del caido guardia al albino cuando retomó la palabra, apretando ligeramente los labios que si bien podría haber sido cierto en cualquier otra circunstancia no dejaba de tocarle la moral. Mas haría caso omiso al ataque personal por su parte al inhalar profundo, porque no entraría en una discusión en la que evidentemente saldría más perjudicado él y despacio se tomó el atrevimiento de acercase lo suficiente a saber de que no podría terminar como el otro espectro, ignorando esos gruñidos de viejo cascarrabias.
"¿Sigues aquí? Debo recordarte que aunque estuviste al servicio de mi señor, no tienes permitido venir aquí cuando te venga en gana, así que a menos que me vayas a dar un concierto, tengo cosas que hacer."
Apenas y había tomado algo de aire para tomar la palabra cuando se le habia anticipado, alzó una ceja por el modo hostil quedándose quieto en su sitio. No le correspondía juzgar si realmente estaba muy ocupado o no, pero la cara que traía daba la impresión de todo lo contrario.
-...¿Te tiraron a patadas de la cama o algo?-pero tampoco le iba a impedir recalcar sutilmente su mal humor-...Escucha, Minos. No es una visita social, tampoco vine porque se me dio la gana o para darte un concierto. Estoy aquí por un asunto oficial, hay algo que necesito averiguar y... - dudó de sus siguientes palabras- quizás... Sepas algo... -
Acabó por agregar. Utilizar la palabra "ayuda" hubiera sido más certero a sus intensiones, pero había un conflicto con ella. Frente a Athena no había dudado de que si había alguien en el Inframundo que estuviera al tanto del orden del lugar ese era Minos, y seguramente Lune, pero lo más seguro es que el juez tuviera un mayor control de la información. Pero de ahí a utilizar una frase como "podrías ayudarme"... El orgullo no lo dejaría.
-La señorita Athena dice que siente algo extraño desde hace días y cree que algo podría estar pasando, sin embargo es algo inconstante por lo que no está realmente segura de qué se trata. Sumado a eso han... Sucedido cosas extrañas en la tierra, con algunas personas. Como si no pertenecieran a esta época, que podrían estar relacionados - las últimas palabras las había pronunciado despacio con el mismo tranquilo tono de voz con el que había comenzado, esa misma frase había utilizado su diosa. En todo ese rato se había dedicado a ver a cualquier lado menos a Minos, hasta que soltó esas palabras volvió enfocar la figura del juez.
-Cuando lo supo me pidió investigar un poco, algo que no pertenece a esta época por fuerza se vería reflejado en el inframundo. No hay alma que llegue aquí que no pase primero por tus manos o las de Lune, por algo pasan ahogados en papeles. ¿No haz notado algo extraño? Como si faltara algo, tal vez, o más bien... Sobrara ¿Podrías darle un vistazo a tus archivos? - sabía que en ese momento todo podía jugarle en contra y no obtener nada. Entre que no era buen momento y que, en circunstancias normales, no era una respuesta fácil de obtener o que fuera gratis de obtener.SPOILER (click to view)Espero que este bien. ;^; de pronto siento que no esta muy claro, si es así me dices y lo cambio :'3. -
+1 .
Si hubiera estado más despierto, seguramente que se hubiera atragantado con el agua por el atrevimiento del otro ante su actitud rejega, evidentemente no era tonto y había notado de sobra aquella pulla respecto a su mal humor, al final solo levantó una ceja con molestia e indignación y se hastió de beber, dejándolo vacío y mientras se disponía a servirse un poco más para aliviar la resequedad en su garganta, terminó escuchando entre medias al plateado, sin mucho interés desde luego, pero entendiendo que la razón de que se encontrara ahí era encargo de su Diosa.
Aún con su antipatía general y obviamente ni siquiera dejando de darle la espalda al otro, escuchó aquellas inquietudes respecto a “sucesos extraños en la tierra” relacionados a algo entre las épocas. Tras tener su vaso lleno de nuevo y sobarse uno de sus hombros escuchó el resto. “No hay alma que llegue aquí que no pase primero por tus manos (…) ¿No haz notado algo extraño? (…) ¿Podrías darle un vistazo a tus archivos?”
Minos finalmente se giró con una media mueca de fastidio y exhaló un respiro profundo. —A ver, déjame ver si entendí, ¿tu Diosa te envió aquí por algo extraño que está pasando en la tierra y que tiene relación con algo de acá? ¿Y como porqué tendría que saber? Si hay toda una locura allá afuera en principio es por culpa de todo esta absurda “paz”, seguramente propuesta por ella para empezar. — Sonrió ladino y cizañoso, pasando de largo a un lado del caballero para sentarse con desfachatez en un sofá no muy lejano, dando un trago más y bajando la mirada un poco, reflexionando sobre las palabras del caballero.
—No sé exactamente a qué te refieres Orfeo. Todo es un maldito desastre desde que inició esto, es obvio que haya desajustes en todas las prisiones. Simplemente, tú deberías estarte pudriendo en el Cocytos y tal vez de vez en cuando paseando con tu novia; pero mira, aquí estás cumpliendo las órdenes de tu deidad. — Se encogió de hombros negando con la cabeza. —Traer a la vida indiscriminadamente a todos aquellos que pelearon en anteriores guerras santas, evidentemente sonaba descabellado, ni siquiera puedo entender aún porqué nuestro señor Hades accedió a tal absurdez. — Volvió su mirada al plata. —Aún tengo un montón de papeleo sí, es difícil poner atención a cada alma en particular cuando hay varios despertando por el perdón divino y largándose de aquí como si esto fuera un jodido motel, mientras que también hay mortales muriéndose a cada palabra que decimos. Y como podrás haberte dado cuenta, tampoco hay siquiera una buena coordinación aquí en el Inframundo ahora que, en teoría, todos son libres de “vivir” como se les de la gana, ve a saber dónde estén ahora mismo Aiacos y el imbécil de Radamanthys. — Su gesto malicioso se mostró de nuevo y se terminó el segundo vaso de agua, dejándolo sobre uno de los brazos del sillón.
—Así que… si algo está mal o fuera de su lugar en la tierra, dudo mucho que sea una casualidad, pero ciertamente tampoco me importa demasiado, si hay alguna anormalidad que tenga que ver con el Inframundo, ya me encargaré de hacer lo que pueda. — Se levantó del sofá y caminó directamente hasta el Lyra, quedando a pocos centímetros del joven, invadiendo su espacio personal sin ninguna clase de cortesía, con total atrevimiento, mirándole directo y de forma amenazante con el extra por aquella diferencia de altura entre los dos. —Por cierto, qué atrevimiento el tuyo irrumpir así en Ptolomea. — Echó una risita divertida por lo bajo. — Aunque tengamos que evitar matarnos, eso no quiere decir que no podría hacerte mi marioneta ahora mismo, caballero. Mientras no te parta el cuello, creo que sería entretenido. — Sin quitarle la mirada de encima por unos segundos hasta que tuvo suficiente y desvió la vista, pasando de lado. —Aunque no me desagradas del todo debo decir. Eres un traidor claro; pero al menos me divertiste en el pasado con tus conciertos y haciendo enfurruñar a Wyvern y a ese creído subordinado de Aiacos. Supongo que podría echar un vistazo a ese particular problema que tienes, desde luego que puedo revisar los archivos, pero también puedo pedirte que te largues y que con suerte algún día dejarán de pasar cosas extrañas allá arriba. — Reflexionó un momento, tratando de recordar si la última vez que había revisado los respectivos archivos había encontrado algo en particular o si Lune le habría regañado últimamente por algún desajuste o registro perdido. —¿Qué me ofreces a cambio de mi ayuda, Orfeo? —Preguntó descarado mientras hacía memoria. —No esperarás que con tanto trabajo pendiente le de prioridad al asunto de un ateniense solo porque sí. — Declaró cruzándose de brazos. —Será mejor que tengas algo bueno. Mira que hacer un favor que va encima a beneficiar a Athena casi me dan ganas de tirarme al Yomotsu y revivir en otros cien años más. — Sí, quizá bastante dramático, pero en verdad le asqueaba la idea y claro, tampoco tenía pensado declarar directamente que sí que podían llamarle la atención o tener problemas si lo que estaba sucediendo era por no tener un registro adecuado de las almas que habían estado renaciendo en las diferentes épocas.SPOILER (click to view)Está bien :3 no te preocupes, igual al momento ya puede explicarse con mayor detalle
Si lo convence claro 
. -
+1 .
Arrugó apenas el entrecejo y apretó los labios escuchando las palabras venenosas del juez a sus espaldas. No se había atrevido a voletar a verle de inmediato para no demostrar cuanto podría afectarle la verdad. Y es que ciertamente para alguien que recién le había dicho que no iba a ayudarle a morir para volver con su ninfa no parecía que ayudaran mucho sus comentarios a tal propósito, directamente.
Inhaló cuanto pudo y lo dejó salir despacio antes de darse la vuelta con una mascara imperturbable, echándose la culpa por creer por unos momentos que accederia a cooperar cuando empezó su retahíla. Se cruzó de brazos esperando paciente por todo lo que el juez tuviera que despotricar.
"Traer a la vida indiscriminadamente a todos aquellos que pelearon en anteriores guerras santas, evidentemente sonaba descabellado(...)"
Alzó la ceja derecha, sabía muy bien que no podía discutirle tal argumento pues en el fondo comprendía su disgusto por tal plan, vamos, que el plata sabía muy cómo eran las cosas ahí abajo y hasta cierto punto ellos, los espectros, sólo mantenían el orden natural de las cosas. Para ese momento ya no veía al juez y se tocaba la barbilla pensando al respecto mientras parecía buscar cualquier otra cosa dentro de la sala como si la respuesta fuera a salir de repente de debajo de las losas.
Sí, sí. Estaba de acuerdo y le daba la razón, pero algo no parecía cuadrarle del todo en todo aquel embrollo. - ¿Realmente todos recibieron ese perd..? - murmuró a medias cuando en medio de su propia divagación notó la cercanía de Minos y fue su pie izquierdo el único que se hizo hacia atrás junto con la mano que sujetaba la lira ahora con mayor fuerza, por las sorpresa incial de la repentina desconsideración a su espacio personal. Frunció ligeramente el entrecejo al levantar la vista y encontrar por debajo del flequillo la mirada maliciosa de Minos cuando lo amenazaba con volverlo marioneta.
-"No es atrevimiento si tu puerta estaba abierta y tu guardia se preocupó más en darme un sermón que en cuidar la entrada" - pensó guardando su comentario para si mismo, solo porque para ese momento Minos le estaba recordando lo divertido que era ver a Radamanthys caer en desesperación por abandonar la sala y la cara de tirria que siempre ponía Pharaoh cada vez que lo veía, algo que le trajo una sonrisa de vuelta al rostro que no disimuló ni siquiera cuando se había volteado para no perder de vista al noruego.
-Oh bien, supongo que te sería muy aburrido tener una marioneta por las buenas a pesar de haber afirmado que podrías tomarme como una. Tengo monedas de plata de las que pide Caronte, o tal vez prefieras una mano amiga que te ayude a dar el paso al Yomotsu... No sé, Minos ¿qué podría querer alguien como tú de mi? - Retomó una vez hubo escuchado las exigencias y el dramatismo del espectro, colando sutilmente una oferta de tirar él mismo a Minos por aquel agujero ya que le dejaba tan bien puesta la oportunidad, además que algo debía devolverle por meter su dedo en la herida dos veces.
No tendría mucho que ofrecer más que esas monedas en todo caso, Minos resultaba impredecible para él en ese aspecto y más allá de su sádico gusto por romper huesos no conocía. ¿Qué más podría ofrecer? ¿Su lira? ¿Su armadura? no lo creía posible y tampoco estaba tan desesperado.
Partiendo de ahí y de qué sabrá Hades qué cosas podría Minos, tanto énfasis en su gran cantidad de trabajo para alguien que parecía estar saliendo de una resaca hizo al plateado reflexionar un poco, juntó la punta de sus dedos y con ambos dedos dedos índices golpeó con suavidad sus propios labios dejando que la lira colgara de los pulgares. Qué ofrecer, qué no y si realmente el plan era el correcto y estaba mal la ejecución. El reino de Hades estaba atestado y al parecer con poco personal.
-Tienes razón Minos, en muchas cosas.-Le dirigió nuevamente la palabra, desviando la mirada como si aún pusiera en orden sus pensamientos-Sin embargo, eso no quiere decir que realmente todo esté bien… pero tampoco que todo este mal - para ese punto sus palabras más bien resultaban en pensamientos en voz alta que propiamente dedicados al juez, prácticamente planteándose la situación por segunda ocasión -Aunque… tal vez apunté demasiado alto, a fin de cuentas es cierto que tienes mucho trabajo, quizás...debí ir primero con Lune-concluyó pensativo y casi murmurando. Considerando que aún podía darse la vuelta para ir buscar al Balrog que bien sabía era un poco intenso para el papeleo.SPOILER (click to view)Perdón por la tardanza 🥺💔.
El Registro de las almas |
