-
|
| .
|
Hobbit Mochaflecos
- Group
- Godwarrior Alberich de Megrez Delta
- Posts
- 1,104
- Cosmos
- +542
- Location
- Asgard
- Status
- Death
|
| |
Apretaba los libros contra su pecho mientras veía con cierto desagrado y recelo el edificio que frente a su persona se alzaba; no tenía nada de especial más allá de la pintura un poco desgastada, algunas ventanas que faltaban o con cristales quebrados que se insinuaban peligrosos, y algunas firmas inentendibles con aerosol en la fachada. En la entrada, donde estaba ubicado el mástil para la bandera había colgado por la ropa un muchacho que se quejaba mientras otros con pintas no muy amigables se burlaban desde abajo. Alberich soltó un largo suspiro evaluando las posibilidades: él era más pequeño que la mayoría de los chicos de su edad, iba adelantado dos años en la escuela, prefería leer antes que hacer deportes y para colmo de males ya le habían dicho más de una vez que tanto el color de su cabello llamaba bastante la atención. Además, por supuesto, que las brillantes esmeraldas de sus ojos daban un sentimiento particular cuando se quedaba viendo fijamente a alguien. Todo esto hacía del muchacho el blanco perfecto para los matones, nada que no pudiese solucionar cargando una navaja para todos lados.
Pasó de largo tratando de no convertirse en el nuevo juguete de esos matones y se internó en el edificio lleno de chiquillos que correteaban de un lado a otro buscando sus clases. Soltó un largo suspiro mirando el papel donde tenía anotado a dónde debía ir, y caminó chocando algunas veces con otros chicos.
Había cambiado de escuela por el simple hecho de que sus padres habían aceptado un buen puesto de trabajo en una compañía, harían más dinero para darle una mejor vida a él y llegar mejor a su vejez. No era que le importase especialmente estar todo el día solo en la casa, incluso en las noches, o que no pudiesen volver durante los fines de semana porque había reuniones en otras ciudades a las que debían acudir como representantes de su departamento; ni siquiera le importaba no hacer amigos, pues odiaba a todo el mundo desde que era muy joven. Siempre alabando su inteligencia, algunos buscaban solo su ayuda en tareas y los mayores se adjudicaban sus logros cuando lo hacían participar en concursos de escritura y matemáticas. Los odiaba a todos, le daba lo mismo estar rodeado de gente que en la más absoluta soledad. Ese año no sería diferente.
Sus pasos le llevaron hasta uno de los salones donde golpeó dos veces la puerta y esperó que el profesor le indicara que podía pasar. Se presentó, con tono monótono, automático, como tantas otras veces en que había cambiado de colegio. Echó un vistazo rápido alrededor hasta encontrar un asiento vacío, dejando que el docente terminara de advertirle que por mucho que se hubiese saltado unos años él seguiría siendo tan exigente como con el resto del curso.
—Como diga—dijo en un suspiro, no iban ni cinco minutos y ya necesitaba estar solo y en silencio con sus pensamientos por tanta estupidez que ese hombre había soltado.
Tomó asiento. La clase siguió adelante y sus nuevos compañeros no tardaron mucho en comenzar a molestar. Sería otro año que pasaría a cara de perro.
Howl L. Din Espero te guste  |
|
|
| .
|
0 replies since 15/8/2020, 04:24 18 views
.
.
